28/1/12

Todo en la vida es música

¿Alguna vez alguien se ha parado a pensar que sería de la vida sin música? Porque yo sí. El encanto de una melodía que encaja, la belleza de una letra que transmite, el silencio de un contratiempo que te atrapa... Todo en la música está compuesto por pequeños detalles, que si un retoque por aquí, un arreglo por allí. Miles de pequeñas notas que en su conjunto forman una de esas canciones que no se te van de la cabeza, diferentes ritmos que forman una danza de estrellas, instrumentos que ríen cuando las notas fluyen, cuando nace una nueva escala y cuando acaba otra.
Las distintas distancias entre las notas salen de mi instrumento, el vaivén de las semicorcheas me cautiva, mis dedos se deslizan a través del oro, la música se escapa de mi interior para que, una por una, todas las personas que me escuchan fantaseen conmigo, viajen a un mundo donde mi canción y la de mi instrumento sean el oxígeno que se respira, que invade cada minúscula célula del cuerpo haciendo que estas se balanceen al ritmo de mi música.
La boquilla encaja con la forma de mis labios, como si la hubieran hecho para tocar conmigo, para ser el traductor que transforme mis sentimientos en notas e intervalos.
La banda calla; es mi turno, el turno de que todas las sensaciones que recorren mi ser cuando me llevo a mi compañero a los labios salgan. El director ya ha hecho el silencio, todas las miradas se dirigen a mí, y yo, consciente de que estoy donde quiero estar, empiezo a liberar ese arroyo de emociones, convertidas en blancas y negras. Soy feliz, estoy feliz, lo único que necesito.
Mi música y yo, yo y mi música.

19/1/12

Ahí va

Siempre parece que da un poco de pereza ponerse a escribir. Yo hoy he llegado a una conclusión: la gente escribe mejor cuando está mal, cuando deja plasmar todas sus preocupaciones sobre un papel, un blog, un diario... Y, bueno, dígamos que cuando se encuentra bien consigo misma no tiene tantas ganas de ponerse a pensar demasiado para hacer una buena entrada. Eso es justamente lo que me pasa a mí últimamente, me he dado cuenta que no merece la pena estar todo el día pensando en lo que podía haber sido y no es, en lo que habría podido tener y no tengo, en lo que podría haber pasado y, sin embargo, nunca ocurrió. La vida es como viene, sin ensayos. Solo se vive una vez, solo se nace una vez, se crece una vez... y, por el contrario, te enamoras muchas veces. ¿No parece un poco paradoja? Puede ser, por esa misma razón no voy a estar lamentándolo: voy a vivir, voy a intentar retrasar todo lo posible el hacerme mayor, voy a ser más niña que nunca, más soñadora, voy a pelear, hoy he decidido disfrutar y eso nadie me lo va a impedir. Sé quién soy y nadie me va a hacer cambiar de idea. No es por ser modesta, pero sé que soy única. Llevo razón, cada persona es única, cada persona te enseña una cosa distinta, y yo voy a ser como una esponja, voy a intentar filtrar todo lo posible, voy a aprender día a día. Puede que cometa errores, muchos, pero sabré cuando lo he hecho mal y cuando no. Sabré disculparme en el momento justo y perdonar cuando haga faltar. Nunca me creeré mejor ni peor que los demás, solo diferente. Diré lo que pienso, caminaré por mis propios pasos, guiándome sobre los de los demás y, alguna vez, mis pasos servirán de referencia para alguien. No voy a dejar que me amargue ese sentimiento de culpa, esa sensación de tristeza, de impotencia, de rabia, de debilidad. No, hoy no, ni nunca más. Hoy he decidido empaparme de alegría, de sueños, de esperanza, de ilusiones, de oportunidades... Hoy he decidido que todo va a acabar. Vale, puede que eso no logre decidirlo yo, pero voy a luchar por vivir cada día, porque cada día que pasa es un día menos y un día más. Un día menos para disfrutar y un día más disfrutado.

;)

Seguro que alguna vez os han dicho que no sois lo suficiente buenos, ¿sabéis qué? No le hagáis caso.