2/8/12

¡Gracias!

Me hubiera gustado tenerte más tiempo cerca de mí, no es que me guste ser egoísta, sé que hay personas que te necesitan más que yo.
¿Qué decirte? Las cosas no me van mal, pero ha habido momentos en los que habría podido estar mejor, aunque siempre saqué las fuerzas para tirar para adelante. Lo más importante que debo decirte es la rabia, la impotencia que siento al no haber podido aprender más de ti. Me hubieras enseñado mucho, lo sé. También siento si a veces no te has sentido orgulloso de mí, por haber hecho algo que no debía, lo siento. No siempre tuve el camino claro.
En estos momentos es cuando más te añoro, tú no tuviste la culpa de irte, nadie tiene la culpa de eso, pero las consecuencias las sufrimos los de tu alrededor.
Ya no merece la pena seguir pensando en eso, no es que me ponga triste cuando te recuerdo, todo lo contrario, me siento orgullosa, feliz de quien fuiste. Claro que me encantaría saber qué opinas de mí, si estoy haciendo las cosas bien o me estoy equivocando en algo, pero intento hacerlo lo mejor que puedo, aunque entiende que no siempre se puede estar al máximo. Intento ser yo todo el rato, no tengo vergüenza de la herencia que me dejaste, la mejor que pudiste dejar. Me dejaste las ganas de seguir aprendiendo día a día, la prueba de que nada es imposible, de que las personas se miden por lo que son por dentro, no por lo que aparentan por fuera. Puede que no haya seguido la lección al pie de la letra, que haya introducido algún que otro cambio que me defina. Así soy yo, y ten por seguro que de ti me he quedado con todo, aunque me faltara tiempo para conocerte mejor. Cuatro años no es tiempo suficiente cuando no sabes ni leer, pero no olvido ninguno de los instantes vividos contigo.
Después de mucho buscar he encontrado el sitio donde quiero estar, ahora sí estoy a gusto con mi vida.
Probablemente escribir esto no sirva de nada, ya no lo leerás. Pero para mí tiene sentido, dentro de mí nunca falleciste, tu recuerdo siempre estará ahí. Si durante todo este tiempo no te abandoné, te prometo que no lo haré nunca. Cada vez que me miré al espejo recordaré que tú fuiste una de las personas que me hizo como soy.
Sí, estarías orgulloso de mí.