Muchas veces pensamos que se encuentra tras una persona, tras un hecho o situación, y los más materialistas, tras algún objeto. Lo que la mayoría de la gente todavía no sabe es que la felicidad se encuentra escondida en algún minúsculo rincón de nustro interior.
Para lograr encontrarla solo hay que dejar de mirar a los demás, de dejar de desear cualquier banalidad; hay que mantener los sueños, las amistades, las ilusiones, el amor, vivos. Es importante también el dejar de exigirnos a nosotros mismos el ser superhéroes, el ser dioses, solo tenemos que centrarnos en ser personas, en ser humanos, con todas las consecuencias que trae consigo: no podemos exigir ayuda cuando no la damos, no podemos pedir que los demás hablen bien de nosotros cuando criticamos a las espaldas, no somos nadie cuando pedimos que la gente no desconfíe de nosotros cuando no nos diamos de nadie, no podemos refugiarnos en nadie cuando no permitimos que se refugien en nosotros...
Cuando hallamos conseguido cumplir con todas estas cosas, entonces pasaremos a luchar por aquello que queremos, a no rendirnos, a aprender a aprender, a perder y a ganas. Mientras hagamos todas estas cosas, aprenderemos a ser felices.
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